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Mostrando entradas de diciembre, 2022

La ambivalencia afectiva amor/odio en la base de la constitución social

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La semana pasada mencionamos al pasar la ambivalencia afectiva del sujeto con respecto al objeto. Esta ambivalencia tiene, naturalmente, dos caras: una consciente y una inconsciente. En la parte consciente encontramos el deseo, cuya contracara inconsciente es el temor. Como es de común conocimiento, el deseo es siempre deseo de algo prohibido. Esa prohibición es, justamente, la que le sube el calibre al deseo. En esta dicotomía entre deseo y temor, ¿cuál creen que gana la pulseada? Depende. Depende de en qué época histórica nos situemos. En la tribu totémica que estudió Freud existía el tabú, ¿recuerdan? Esa serie de prohibiciones y restricciones que ordenaban la vida en sociedad. Sucede que en ese sistema, la transgresión a un tabú se pagaba muy caro. Casi siempre con la muerte. Esto lo podemos asociar con los suplicios del siglo XVII , un tema que ya tratamos. La pena máxima era el desmembramiento por cuatro caballos, cada uno tirando de una extremidad. ¿Cómo no iba a haber un gran...

¿Qué tienen en común un hombre primitivo y un obsesivo compulsivo (TOC)?

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  Seguimos con Totem y Tabú, by mi querido Freud. ¿Ustedes sabían que el título o la bajada del texto dice: “ Algunos aspectos comunes entre la vida mental del hombre primitivo y los neuróticos”? ¿Qué?! Siempre voy a admirar su capacidad de ir más allá, sin pedir permiso. De sorprender sin medir el alcance de lo que propone. Básicamente, él está diciendo, a lo largo de toda la obra, que es posible estudiar la psiquis del hombre primitivo -nuestro antepasado-, a través del psicoanálisis con personas neuróticas contemporáneas. ¿Por qué el doctor se anima a hacer esta afirmación? Porque, a lo largo de todos sus años de experiencia en consultorio, pudo encontrar huellas mnémicas -concretamente en los neuróticos obsesivos-, de cierto infantilismo psíquico atribuible a las primeras generaciones de humanos. Habrán escuchado hablar del “trastorno obsesivo compulsivo”, me imagino. Incluso se han hecho comedias que burlan este tipo de comportamientos. Son “ personas que se han creado por ...

Gracias por Messi…y gracias por Freud!

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Por estos días en los que estamos tan emocionados por un campeonato de futbol mundial, en el cual no hay equipos disputando una copa, sino naciones enteras, no puedo evitar hacer reflexiones muy propias de la persona rara que soy. Por ejemplo, cuando escucho decir constantemente “Gracias por Messi”, primero debo decir que concuerdo, y luego, automáticamente, pienso cuán agradecida estoy por otros tantos personajes como Albert Einstein, Emile Durkheim, Charles Darwin, Michel Foucault, Pierre Bourdieu, Vincent Van Gogh, Ernesto Sábato, Jorge Luis Borges, Umberto Eco, y tantos otros. Hombres todos, aunque eso ya está cambiando. Pero, fundamentalmente, doy gracias por Sigmund Freud. Ese austríaco que pateó todos los tableros, que dedicó su vida entera a armarnos un mapa de algo completamente intangible, improbable, (casi) indemostrable. Algo que sólo él pudo ver y sistematizar. Alguien que no pidió permiso a la academia para decir lo que tenía que decir. Doy gracias por eso. Doy gracias po...

¿Cómo se cura una enfermedad social?

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Aldous Huxley escribió “Un mundo feliz” en 1932. En 1998, sesenta y seis años después, escribió “Nueva visita a un mundo feliz”, donde hace una recapitulación de todo lo dicho y profesado en esa primera obra, nacida en la previa de la Segunda Guerra Mundial, y de todo lo que se vino después. Para el que no tiene idea de qué estoy hablando, le cuento que “Un mundo feliz” es una fábula futurística en la cual los gobernantes lograron el control total de la sociedad a partir del control de los nacimientos. En ella, los individuos trabajan, cumplen las funciones para las cuales fueron creados y, en su tiempo libre, se toman vacaciones de soma (la droga de la felicidad). No hay conflicto social porque las personas no desean lo que no pueden tener. Se los condiciona desde pequeños para eso. Y, además, porque la libertad sexual sin concepción garantiza placer sin complicaciones. Por último, porque, al no formar parte de una familia, el individuo solo, aislado, termina de trabajar y se droga ha...

Un mundo feliz. Segunda parte.

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La semana pasada les conté, a grandes rasgos, las características principales de la fábula futurística “Un mundo feliz”, escrita por el autor británico Aldous Huxley en 1932. Recapitulando, tomamos esta historia de ciencia ficción, así como previamente analizamos “La máquina del tiempo”, de Herbert Wells, porque es una completa imaginación de cómo sería el mundo dentro de 500 años. En esa utopía que vislumbra Huxley, los seres humanos son todos y siempre felices, como el título resume. Y el mayor detalle que nos convoca a citar esta obra: en este futuro feliz, no hay crímenes. Como vimos, en este supuesto mundo del futuro, hay un control absoluto por parte del Estado de todas las áreas de la vida, desde el nacimiento hasta la muerte. Es un Estado intervencionista a niveles que hoy tacharíamos de inconstitucionales. Pero esa intervención es la que garantiza la supuesta y superficial felicidad de las personas. ¿Recuerdan que hablamos del soma? Ese narcótico oriundo de la India que se u...