De cómo la cárcel llegó a convertirse en el sistema de castigo monopólico
¿Alguna vez se preguntaron por qué la única forma de castigo penal es la prisión? Es interesante evaluar, como lo hace Foucault en “Vigilar y Castigar”, el proceso ¿evolutivo? mediante el cual las distintas técnicas punitivas fueron reemplazándose hasta llegar a una modernidad –en la cual todavía estamos, con un “pos” adelante-, que sólo aplica un método de castigo: la privación de la libertad. Recordemos que, en el siglo XVII, había toda una serie de posibles castigos para los infractores de la ley. Y la estrella era la pena máxima: el suplicio. Mediante esta técnica, se asignaba un “verdugo” que tenía la misión de duplicar la violencia del crimen inicial y se creía que, de esa forma, se lograba dominar las ilegalidades. Este tema lo abordamos con profundo detalle en el post sobre los suplicios, pueden buscarlo. Además del suplicio, que no le cabía a todos por supuesto (alrededor de un 10% de las sentencias), había decenas de opciones aplicadas en forma personalizada al infractor,...