This is United States
¿Vieron la serie de seis temporadas que trata sobre una linda
familia americana que tiene trillizos y cuyo padre muere en un incendio? Se
llama “This is us”, que traducido significa “así somos nosotros”. Pero yo, que
padezco una especie de enfermedad congénita, no puedo leerlo así. Y eso me pasa
porque, a lo largo de toda la serie, hay constantes guiños de la aplanadora
culturalizadora de Estados Unidos. ¿A
qué me refiero? Los estudiantes o egresados de Sociales lo saben muy bien, pero
para quien no esté familiarizado, lo voy a explicar. Es muy simple, de hecho.
Estados Unidos es potencia, no sólo por su economía, sino también porque
exporta, en formato entretenimiento, su cultura al resto del mundo. Hollywood no
es solamente una productora de cine taquillero. No, es mucho más. Hollywood es
una industria cultural al servicio de la hegemonía norteamericana.
Lo voy a demostrar con ejemplos. Conocemos más calles de
Nueva York que de la capital porteña, aún sin haber estado, pues resulta que
hemos visto en decenas de películas a la ciudad neoyorquina como set de
grabación. Eso, déjenme decirles, no es casual. Lo mismo sucede con Los
Ángeles, San Francisco, Las Vegas, todo parece muy familiar. Como si hubiéramos
estado ahí, pero no. Lo absorbemos de forma mediatizada.
Escuchamos música estadounidense, grandes bandas que han
logrado trascender e imponer su estilo, siempre con la bandera yanqui de telón
de fondo. Metallica, Red Hot Chili Peppers, Guns n’ Roses, Pearl Jam,
Aerosmith, Nirvana. Pero también, por supuesto, Madonna, Rihanna, Lady Gaga,
Beyonce, Dua Lipa, Adele, y tantas otras. No es un casting, ni nombro a mis
favoritos. Son artistas musicales icónicos, así como hay actores y actrices muy
identificativos de la cultura americana. Porque verán, para dominar, ya lo dijo
Gramsci, la pata cultural es fundamental. Es el cirujano que termina de coser
el trabajo brillante del que operó, antes que él. Es la puntada final, el
broche de oro.
Cuatro de julio, día de acción de gracias, Halloween. Son
todas celebraciones que nada tienen que ver con nuestra cultura pero, sin
embargo, las conocemos, sabemos de qué se tratan. ¿Sabén por qué? Porque las
vemos en cada nueva película de Hollywood. Es como si hubiera una lista que todo
director debe chequear: filmar en lugares típicos (check), representar una
tradición familiar americana (check), incluir música yanqui (check), hablar del
sueño americano (check). Y podría seguir.
¿A qué voy con todo esto, en este espacio en el que hablamos
de asesinos, muertes y cárceles? A que hace rato siento con mucha fuerza la
certeza de estar viviendo, como protagonista, un cambio de época de esos que se
estudian en los libros de historia. Al principio, identifiqué cambios en
algunas áreas pero, conforme pasa el tiempo, compruebo que el cambio es mucho
mayor. Realmente estamos cambiando de paradigma, todos nosotros. Son esos
procesos lentos, que llevan varios años, pero que mucho más adelante van a
estar sintetizados en una lista de ítems. Lo emocionante de esto es que
nosotros, contemporáneos, tenemos la suerte y la desdicha de ser protagonistas
del cambio. Digo suerte porque no sucede usualmente un cambio de era ni todos
tienen la posibilidad de vivirlo desde adentro; y digo desdicha porque la mejor
forma de analizar un fenómeno social es con la distancia objetiva
proporcionada, esencialmente, por el tiempo. Es decir, no se puede estar en dos
lugares al mismo tiempo. Nos toca vivir
el cambio y, nuestros descendientes, podrán estudiar el cambio tomando décadas
en carillas.
Entonces, volviendo a la serie “This is us”, cuando todos ven
una historia dramática clásica, emotiva, por momentos romántica, y lloran y se
emocionan por la muerte de los personajes y las historias de vida, yo, en
cambio, no puedo dejar de ver:
·
Cómo Jack Pearson es el arquetipo de sujeto americano
que se repone a todas las adversidades y logra cumplir el sueño americano de la
casa propia, el trabajo, la familia, el auto, las vacaciones, el diario en el
porche y las entradas para ir a ver a su ídolo, Bruce Springsteen, por
supuesto, ¿quién más podría ser sino el autor de “Born in the USA?
·
Cómo la adopción de Randall Pearson, el bebé negro
abandonado por su padre en una estación de bomberos, es la forma de representar
la inclusión de la raza negra y la no discriminación de una nación que se
caracterizó por una violencia sistemática, cruel y descarnada contra los
negros. Esa historia es la quieren limpiar, votando y eligiendo a un presidente
negro, por ejemplo.
Así somos los americanos. Bondadosos, trabajadores,
inclusivos, alcohólicos. Así se muestran, o pretenden mostrarse. Y todos
nosotros, compramos, claro. Ese ideal de sujeto abnegado, workaholic, que todo
lo puede y que todo lo logra. “Die hard”, otro ejemplo súper burdo de un héroe
americano caricaturizado.
Entonces, así como veo e interpreto todo esto a partir de,
simplemente, mirar una serie de televisión que tiene como única función
entretenerme, también me pasa ir a ver un espectáculo de teatro donde las
humoristas son cuatro mujeres (ocupando el lugar de quienes nos hicieron reír
durante décadas: los Midachi, por ejemplo), haciendo chistes escatológicos con
un equipo de baile de hombres en torso, cosificados y dregadados, y pienso:
“esto es grande”. Es decir, hoy las
mujeres hacen los chistes y los hombres muestran el culo. No es un tema
menor, aunque lo parezca. Hay una inversión de sentido.
Cuando empecé este blog hace un año, elegí como dirección
web: “nuevo paradigma de criminalidad”, y es porque así lo veía, como algo que
estaba cambiando en ese ámbito. Pero con lo que me encuentro cada vez en más
rincones es con que, no son cuestiones aisladas las que están cambiando: todo
está cambiando. Porque estamos, no me asusta decirlo, viviendo un cambio de paradigma
global.
La pandemia del Coronavirus y los meses de aislamiento tan
sólo aceleraron un cambio que ya venía gestándose previamente. Veamos y
repasemos todas las áreas en las cuales hemos pasado de un extremo a otro:
·
Sexualidad
e identidad de género: una de las áreas más impactantes en cuanto a
cambios. Hoy completás un formulario y te preguntan de qué genero querés ser,
hay como cuatro categorías, algunas de las cuales no sé siquiera qué
significan. Los niños y niñas eligen cómo llamarse y vestirse. Y los colegios,
incluso los católicos, lo respetan. Todo esto es sencillamente inédito.
·
Relaciones
sentimentales: los divorcios tienen larga data pero, lo que es nuevo, es
la total flexibilidad para casarse y descasarse, ensamblar familias, tener
hijos con varias parejas distintas y convivir todos juntos, por turnos. Toda
esa nueva normalidad, incluidos los matrimonios igualitarios y las familias
monoparentales, son signos de esta nueva época.
·
Alimentación: los
vegetarianos y veganos son ancestrales, pero no como ahora. En conjunto con los
grupos ambientalistas están redefiniendo las pautas de alimentación y consumo,
en favor de la sostenibilidad del planeta. Y cada vez son más, incluso en un
país carnívoro como el nuestro.
·
Trabajo: seguimos
teniendo los que mueven la base, transpiran y se trasladan de un lado a otro
como fuerza de trabajo motora (construcción, logística, etc) y un grupo muy
grande oficinistas que ya no pueden seguir llamándose así, porque trabajan
desde sus casas en modalidad “híbrida” o incluso en forma remota, desde
cualquier parte del mundo con una computadora y conexión a internet.
·
Feminismo: me cuesta
opinar de esta categoría porque no comparto muchas de sus pautas pero es
innegable que marcaron un cambio de rumbo y agitaron bastante el avispero. La
aprobación de la ley del aborto en Argentina es un ejemplo de ello.
·
Chistes: incluso
aquello de lo que nos reímos, lo que nos causa gracia, ha cambiado. Acá se ve
muy claro el cambio de paradigma. Que una sitcom como Casados con Hijos que fue
ultra popular hace casi veinte años, tenga que readaptar su guion y cambiar los
chistes porque el machista de Pepe Argento no va más, es muy revelador.
¿En qué otras áreas ven cambios radicales? También me
gustaría saber que no estoy sola, que hay otros seres humanos con este castigo
de ver todo con lentes de culo de botella y a través de 500 filtros. A veces
solo quiero relajarme y divertirme, y no puedo. Siempre estoy pensando y
encontrando pistas. ¿A alguien más le pasa?

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