Todos somos…¿perversos?
Estoy leyendo “El duelo”, de Gabriel Rolón, por motivos personales. Y me encontré con una joya, algo que vengo buscando hace tiempo (un año para ser precisa). Como siempre, la psicología freudiana es capaz de explicar las cosas más inexplicables con una franqueza envidiable. Gracias por Freud ! En el medio de la maraña de palabras que supone explicar qué es un proceso de duelo, abordando antes, casi filosóficamente, qué representa la muerte para nosotros, el autor menciona muy al vuelo unos conceptos teóricos que bien podrían ser la primera conclusión certera a las preguntas que vengo planteando acerca de los crímenes intra-hogar. Lo cito: “La culpa actúa como dique para limitar la desmesura pulsional”. ¿Eso es todo? No, hay más. Pero esta simple oración, así de corta y concreta resume un año de divague filosófico (mío). Significa, sencillamente, que si yo no siento culpa por lo que voy a hacer –pegarle a un niño, por ejemplo-, entonces no hay NADA que me frene… Eso es lo que l...