“Le pegué unas pataditas en la cola”
“ El día venía caldeado. El pendejo había estado molestando toda la tarde. Se había comido un par de golpes pero no paraba de llorar y densear. Cuando llegó la hora de que Magui se vaya al laburo, la acompañé y volví rápido. Entré a casa y me encontré con Lucio caminando arriba de un charco de leche que se había intentado servir solo, la puerta de la heladera abierta, todo sucio. Me enloquecí. Empecé a cagarlo a palos, con bronca. Pendejo de mierda! Siempre lo arruina todo! Me saqué, confieso que me saqué. Le pegué varias patadas en el culo y un par de piñas. Seguía llorando, gritando, iba a alarmar a los vecinos. Lo llevé al arrastre a la ducha porque tenía manchas de sangre. Supuse que eran de él, pero no vi de dónde salía. Abrí la ducha, lo desnudé y lo metí a empujonazos. Se me caía, estaba como débil el pendejo, no sé qué le pasaba. Ahí me empecé a asustar. ¿Qué onda? Estaba flojo, lo terminé de bañar como pude, lo envolví en una toalla y lo tiré en la cama para ir a buscar ropa p...