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Mostrando entradas de abril, 2022

El monstruo que todos llevamos dentro

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Él es Josef Fritzl, denominado “el monstruo de Austria”. Seguramente les resuene este caso porque fue un escándalo mundial. Yo tenía 23 años cuando fue capturado por violación, incesto y secuestro de su propia hija, con quien tuvo además 7 hijos/nietos en el sótano de su casa. Yo creo que fue éste el caso que, allá por esa época, despertó en mí una alarma. Quedé atónita, fascinada, no podía dejar de leer detalles de lo que esta persona había hecho. Sabía que algún día iba a intentar explicar. Muchos podrían pensar que el principal crimen de este señor es la violación. Pero yo les digo que no. Que la violación le queda chica. Incluso el incesto, el mayor tabú de la cultura humana, le queda chico. Josef fue mucho, muchísimo más allá. Siendo ingeniero, logró montar un departamento subterráneo totalmente equipado, de apenas 1,70 metros de altura, donde planeó escrupulosamente secuestrar y someter a su hija Elizabeth de por vida. 24 años. Casi un cuarto de siglo vivió esta mujer encer...

¿Es posible prevenir el crimen?

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“Que el castigo mire hacia el porvenir y que una de sus funciones mayores sea la de prevenir”. Este era uno de los lemas de la reforma del siglo XVIII, enmarcada en el movimiento histórico de la Ilustración. Como les dije, y como es propio de todos los idealistas, sus objetivos siempre son más altos que sus realidades. Los principios estaban bien delineados y, por supuesto, eran aspiracionales. Pero como lo muestra la evidencia, nada de eso se cumplió. Cuando hablamos de crimen, tenemos que atender una variable fundamental: el tiempo. La pena o castigo se aplica en tiempo presente a un hecho pasado, que ya no tiene solución ni reparación, pero priorizando y enfocando el futuro. ¿Qué significa? Que, por más que no se explicite del todo, el propósito principal del sistema penal es sentar jurisprudencia, intentar poner un límite a futuros hechos criminales. La pena le habla más a los posibles siguientes acusados, que al sentenciado que tiene frente a sí. La impunidad sólo puede traer ...

Cambios en la manera de juzgar: de la presunción de culpabilidad a la presunción de inocencia

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Vamos a realizar una especie de línea de tiempo que atraviesa tres siglos (del XVII al XIX) para ver cómo hemos pasado de un sistema penal enmarcado en el castigo a los cuerpos y el sobrepoder de la justicia, a un modelo que podría indicarse, sin exagerar, como diametralmente opuesto. Es muy interesante comparar ambos sistemas   porque, punto a punto, se reflejan en sus diferencias. Ya hemos analizado cómo eran los suplicios, el horror que implicaban, la falta de mesura a la hora de imponer penas, la futilidad de las pruebas. En esa época histórica, “ no se podía ser inocentemente objeto de una sospecha [i] ”. A diferencia de nuestro actual esquema de pensamiento, un acusado de cometer un crimen tenía que enfrentarse a la difícil tarea de demostrar y probar su inocencia. De hecho, ni siquiera le era concedida esta posibilidad. Frente a una acusación, se tomaba automáticamente por sospechoso al inculpado y luego se aplicaba una especie de gradación de la pena. Es decir, “ un grado...

Criminales desmembrados por cuatro caballos. La época de los suplicios.

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Imaginen esta situación: un asesino, cualquiera, que mató a alguien, obtiene su condena; será desmembrado por cuatro caballos en la plaza pública. Situemos la época: siglo XVII. Sin ninguna posibilidad de apelar dicha condena, el acusado es amarrado por sus cuatro extremidades a cuatro caballos que, cuando tengan la señal, van a largar a correr enfurecidos, descoyuntando vivo al criminal. ¿Se imaginan ese dolor? La persona forma una especie de cruz con su propio cuerpo, y la fuerza de los corceles es tal, que termina dislocando cada una de las extremidades, dejando el torso únicamente. A veces pasaba que, aún así, la persona seguía con vida. Entonces ese torso desmembrado era quemado vivo hasta convertirse en cenizas. Todo esto sucedía ante los ojos de la muchedumbre: el pueblo, los vecinos, conocidos, familiares de la víctima, que gritaban desaforados al ver realizarse delante de sus ojos la más cruel venganza. El crimen estaba saldado, anulado. Se creía que volver a manifestar la...